Practicar el valor de la
felicidad no es mostrar un simple estado de ánimo, es una actitud constante que
nos impulsa a conquistar la felicidad nuestra y a preocuparnos por hacer feliz
a los demás. No podemos confundir felicidad con bienestar. Son situaciones
totalmente distintas. Debido a esa confusión mucha gente busca la felicidad
acumulando bienes materiales. Pero luego que almacenan mucha riqueza, se dan
cuenta que la felicidad nunca estuvo por ese camino. Lo material podrá darnos
comodidad, pero jamás felicidad.
Cuando ponemos en práctica el valor de la felicidad, no quiere decir que estemos libres de problemas o ausentes de dificultades. En medio de la tormenta se puede ser feliz. Pues resulta que la felicidad está dentro de nosotros, no hay que salir a buscarla. Al practicar deporte, al trabajar; al emprender un viaje o una meta, podemos hacerlo con toda la felicidad del mundo. No hay razones para amargarnos. Hay sectores poderosos en nuestro país invirtiendo fortunas para amargarnos la vida, para quitarnos la felicidad. No le demos el lujo. Seamos felices en medio del paquetazo y de toda la maldad que ellos nos impongan.
Cuando ponemos en práctica el valor de la felicidad, no quiere decir que estemos libres de problemas o ausentes de dificultades. En medio de la tormenta se puede ser feliz. Pues resulta que la felicidad está dentro de nosotros, no hay que salir a buscarla. Al practicar deporte, al trabajar; al emprender un viaje o una meta, podemos hacerlo con toda la felicidad del mundo. No hay razones para amargarnos. Hay sectores poderosos en nuestro país invirtiendo fortunas para amargarnos la vida, para quitarnos la felicidad. No le demos el lujo. Seamos felices en medio del paquetazo y de toda la maldad que ellos nos impongan.
Es bueno tener presente que el
valor de la felicidad se practica a plenitud no solo para nosotros, se es feliz
entregándonos a los demás. Vivir para los demás es el acto más feliz que puede
sentir un ser humano. Defender, luchar y caminar junto a los sentimientos de
los que más sufren, de las mayorías. Serle fieles en todo momento, estar de su
lado siempre, debe ser la mayor satisfacción para nosotros y por tanto debe
hacernos completamente felices.
La famosa era super moderna, con
toda su tecnología, cada vez más nos hace concentrarnos en nosotros mismos. Los
teléfonos móviles, internet y mucha de la tecnología nos encierra en nosotros y
nuestros problemas y contribuye a que nos olvidemos de los demás. Sin embargo
en la medida en la que nos preocupamos más por los demás y menos por nosotros
mismos se resuelven dos problemas: el de la persona a la que estamos ayudando,
y el nuestro porque nuestra vida cobra un nuevo sentido.
Nunca tendremos una vida sin preocupaciones, ausente de problemas. El valor de la felicidad nos ayuda incluso a afrontarlos con más gallardía y con mayores posibilidades de éxito. Porque la actitud positiva, optimista y esperanzadora nos empuja a enfrentar los problemas con más efectividad. No creo que sea de humanos acumular grandes fortunas a costa del sufor de los demás. Conquistar la felicidad a través de la malversación y el robo de los recursos que van destinados a otros. En otras palabras, es inhumano intentar ser feliz a costa de la infelicidad de los demás.
Nunca tendremos una vida sin preocupaciones, ausente de problemas. El valor de la felicidad nos ayuda incluso a afrontarlos con más gallardía y con mayores posibilidades de éxito. Porque la actitud positiva, optimista y esperanzadora nos empuja a enfrentar los problemas con más efectividad. No creo que sea de humanos acumular grandes fortunas a costa del sufor de los demás. Conquistar la felicidad a través de la malversación y el robo de los recursos que van destinados a otros. En otras palabras, es inhumano intentar ser feliz a costa de la infelicidad de los demás.
Mil gracias por compartir
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