El valor del
trabajo debe irse aprendiendo desde la niñez. Los padres deben darle ejemplos
que les permita irse preparando para el futuro. Así, cuando tengan que trabajar
en los estudios, en la empresa o en cualquier actividad, ya tienen acumuladas
experiencias positivas que le habitúan al trabajo. Pueden empezar asignándoles
pequeñas actividades y responsabilidades, dentro de la casa, para que se vayan
acostumbrando a sentir la satisfacción del trabajo bien hecho.
El verdadero
trabajo de los hijos dentro de la familia es estudiar, ayudar a los padres y a
sus hermanos, también ayudar a los familiares y amigos. Deben esforzarse en
prepararse muy bien para el futuro, aprovechando todos los medios a su alcance.
Para lograr todo esto en los hijos, es necesario establecer controles; elaborar
horarios flexibles y ajustados a la realidad. Porque hay tiempo para todo, pero
todo debe estar bien organizado para poder ser logrado con éxito.
El trabajo es
el eje en torno al cual gira la organización y el progreso de la humanidad. Todo
lo que se ha logrado hasta el día de hoy ha sido fruto del trabajo. El trabajo
ofrece a cada ser humano la oportunidad de crecer, desarrollar todas sus
capacidades, realizarse como persona y tener cada día una mayor formación
integral, material, intelectual y espiritual. Es por eso que una de las mayores
preocupaciones de todo ser humano desde que llega a su mayoría de edad, es
tener un trabajo digno donde poder realizarse.
El trabajo es
una de las principales actividades humanas, políticas, sociales y religiosas. Solo
los trabajadores producen riquezas, pero no basta trabajar, hay que trabajar
bien, a conciencia, con seriedad y compromiso, poniendo empeño en lo que se
hace. Las personas que se dedican al trabajo técnico y especializado tienen
también el deber de hacer un trabajo honesto y con responsabilidad. El buen
trabajo habla bien del trabajador. Póngale empeño y responsabilidad a lo que
hace, o no lo haga.
Hay que dar buenos
ejemplos en la realización del trabajo, poniendo de manifiesto la
responsabilidad, delicadeza y el sello del compromiso de honestidad. El trabajo
requiere ser hecho con delicadeza y creatividad. No basta con trabajar mucho y
estropearse demasiado, sino tener buenos resultados y que ese resultado
describa la calidad del trabajador que realizó la obra. En nuestro país la
población ansía tener autoridades que no solo cumplan con su trabajo, sino que
lo hagan correctamente y con responsabilidad.
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