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viernes, 5 de octubre de 2012

COHERENCIA, VALOR HUMANO


La persona que practica el valor de la coherencia son personas de una sola pieza, actúan siempre de acuerdo a sus principios. Mantienen una correcta conducta en todo momento, basada en los principios familiares, sociales y religiosos aprendidos a lo largo de su vida. Cuando asumimos la coherencia como valor humano, somos capaces de cumplir con mayor eficacia nuestras obligaciones, pero para esto hace falta ser honesto y responsable.

Practicar la coherencia como valor humano nos obliga a mantenernos firmes, aunque tengamos que poner en peligro el cargo, aunque tengamos que enfrentarnos a  opiniones distintas, enfrentarnos a amigos o familiares. Constantemente encontramos a personas que quieren jugar al gato y al ratón, que quieren estar con Dios y con el diablo, pero eso no es posible cuando somos coherentes. Las personas coherentes reciben muchos enfrentamientos y se ven envueltos en  conflictos por defender sus principios e ideas, pero a la larga todos reconocen que ser coherentes es lo correcto.   

La persona coherente no cae muy fácil en vicios y tentaciones del mundo bajo, de amigos o allegados, ni cede fácilmente al chantage y la presión. Pues mantiene una coraza de moral que lo defiende y obliga a seguir firme ante sus principios y valores hacia un perfil de vida inclaudicable. Poder estar reunidos con los delincuentes sin mancharse; juntarse con los corruptos sin corromperse; estar al lado de sacos de dinero y otros recursos sin  coger un peso, solo es obra de personas con mucha coherencia.
 
Nadie confía  ni sigue a personas que hoy dicen una cosa y mañana la desdicen. Personas que hoy hacen una crítica a alguien  y mañana cuando están a su lado, están temblando y cambiando el discurso. La gente sigue a personas que practican la firmeza, que asumen la coherencia, que son capaces de jugársela en cualquier terreno en defensa de sus ideas. Se ve muy ridículo, muy vulgar y bajo, cuando la gente asume un ataque despiadado contra un funcionario o una persona cualquiera que anda equivocada, pero entonces cuando le toca a ellos estar en el puesto, lo hacen igual o peor. En la actualidad hace mucha falta desarrollar acciones ejemplares de coherencia. Sea libre, sea firme, sea coherente.
 
Debemos mantener una postura firme, debemos ser coherentes, pero para mantener esa coherencia debemos argumentar muy bien nuestros planteamientos. Estar muy bien seguros de que nuestra postura es la más correcta para no hacer una defensa ridícula. Nos cae muy bien cuando vemos a personas firmes y coherentes, pero cabe preguntarnos, que tan firmes y coherentes somos nosotros con los demás.  Los coherentes duermen más tranquilos, porque son más libres. No tienen temor de hablar ni mucho menos de actuar. Sea libre, sea firme, sea coherente.

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