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jueves, 30 de mayo de 2013

EL PODER MUNICIPAL

¿Vamos a estar siempre condenados a seguir apilando la basura en un puesto para quemarla? ¿No tenemos derecho a espacios de diversión y esparcimiento sanos? ¿Cuándo tendremos proyectos de desarrollo integrales que cambien la realidad amarga de nuestros barrios y comunidades, en materia de vivienda, clasificación y reciclaje de desechos, salubridad, educación, deportes, niñez, género, seguridad y bellas artes?
No en vano nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, planteó en su proyecto de constitución, que el primer poder del Estado debe ser el Poder Municipal.
A pesar de que lo han mutilado, el ayuntamiento sigue siendo la institución pública más fácil de vincular con la gente. El Consejo de Regidores pudiera ser el plebiscito y consulta permanente para los pueblos y de allí diseñar políticas de desarrollo integrales, no solo para las alcaldías, sino para el gobierno nacional.
Pero resulta que unos más que otros y con muy escasas excepciones, pero solo hemos tenido alcaldes con proyectos personales, clientelistas y sin visión propia del ejercicio político. Es por eso que sus acciones son el producto de las líneas contaminadas de clientelismo que le bajan sus partidos.
Ninguno ha podido exhibir más que una acera o contén, un muro de gaviones, recolección de basura y humillar a la gente dando como 50 viajes detrás de una receta o una pequeña ayuda.
Los 3 alcaldes actuales de esta provincia, uno lo impuso la fuerza del poder político y económico y  los otros acumularon fortuna para luego comprar el puesto que ostentan. Con un pasado desvinculado del pueblo y sus problemas y sin roce ni experiencia en el constante batallar a que ha sido sometido este pueblo, ¿qué otra cosa podemos esperar?
Es por eso que lejos de crear y fortalecer las juntas de vecinos y otros grupos organizados, conspiran para dividirlos o hacen muy poco para favorecerlos.
Su ceguera política no le permite ver más allá de la clientela que le adula y defiende ante las críticas de la población. Pero ellos no se atreven a hacer lo contrario, pues ese es su currículum para llegar y mantenerse en el puesto, no importa su exceso de incapacidad.
Las alcaldías y las juntas de los distritos municipales de Ocoa dilapidan más de 9 millones de pesos mensuales, mientras los proyectos de desarrollo, que deben ser elaborados y emprendidos por el ayuntamiento y los grupos organizados, en los barrios y comunidades, no pasan de buenos deseos que cada vez el tiempo va diluyendo. 

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