¿A qué se
dedican nuestros legisladores? ¿A quiénes representan estos personajes? ¿Cuáles
proyectos de leyes encaminan y defienden? ¿Cómo se vinculan con nuestro pueblo?
A Ocoa le
tocó la suerte de tener en el Congreso a tres legisladores ignorantes de la
política, con una visión atrasada y clientelista; oportunistas, holgazanes, egoístas
y materialistas en grado superlativo.
Muy
buenos administradores y prósperos de sus propias empresas, pero pésimos para
resolver y defender los problemas que aquejan al pueblo que dicen representar.
Nuestros
legisladores, lejos de estar diseñando proyectos de desarrollo para las
comunidades, gestionando soluciones desde el Congreso y el poder, se hacen los
locos frente a los apagones y la alta facturación energética, la escasez de
agua, delincuencia, venta y consumo de
drogas, desempleo, inseguridad, falta de vivienda y de oportunidades. Centenas
de nuestros jóvenes no han podido inscribirse en la universidad o han tenido
que abandonar sus estudios por falta de apoyo.
Frente a
esa dramática situación que vive la población ocoeña, estos barbarazos solo se
aparecen de vez en cuando con una canastilla, una estufa, una silla de ruedas o
un colchón, para mantener su clientela politiquera contenta.
No se
conoce una sola acción de nuestros legisladores frente a la Barrick Gold, Bahía
de Las Águilas, Loma Miranda, Corredor Norte Sur, Generadoras de electricidad
que nos chupan la sangre, mucho menos frente a la corrupción rampante que nos
arropa. Lo que sí se conoce de ellos son los sueldos de lujo, exhoneraciones y
privilegios que reciben del sudor del pueblo.
Para
cambiar esta realidad, nuestro deber es mantener encendida la luz de la
esperanza. Ocoa merece un mejor destino.
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