Practicar el patriotismo es amar al prójimo, es entregarse a los
otros. Es luchar por las mayorías. Cuando una gran parte de nosotros
practiquemos estos principios, tendremos una patria grande, soberana, libre,
democrática como lo soñaron nuestros antecesores. Cabe preguntarse: ¿Qué
orgullo, que sentimiento, que amor siente usted por la patria dominicana? ¿Es
usted capaz de arriesgarlo todo, incluso su vida por esta hermosa tierra? Ser patriota
es defender con uñas y dientes cada grano de arena o ser vivo que existe y
habita esta hermosa tierra, cueste lo que cueste.
El esfuerzo de nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, de
Caamaño, Manolo y tantos hombres y mujeres, solo lo impulsaba el amor a la
patria. Jamás reclamaron fotografías, ni aplausos, ni pensión, ni bonificaciones, ni comités de base, ni
nada parecido. El sentimiento patriótico dejado por ellos debe impulsarnos a
seguir hacia adelante, construyendo la patria libre, democrática y soberana. Si la patria la compone toda la gente
del territorio dominicano, recuérdense que también los viejitos, los niñitos
desvalidos, los discapacitados, los pobrecitos, los que viven en los barrancos,
arroyos y cañadas, son sangre de nuestra sangre y también hay que amarlos.
La patria está en cada ser, en cada pedacito de tierra, en cada
gota de agua que brota y corre, en cada niño que rie o llora. ¿Dónde está su
patriotismo si usted todo lo atrapa para usted y los suyos y se olvida de las
mayorías? ¿De qué patriotismo usted habla cuando está frente al busto de Duarte
o a la Bandera dominicana? ¿De qué le valen a usted los discursos en los actos
públicos, si cuando sale de allí desdice todo y vuelve con su egoísmo, su
avaricia y su falta de sensibilidad? Si
usted se cree patriota como dice, abandone su egoísmo, deje su soberbia y báñese
de pueblo.
Practicar el valor del patriotismo no es decir frases bonitas,
ni hacer grandes discursos, ni mucho menos desarrollar charlas o conferencias
extraordinarias. Solo basta con amar a la gente que está cerquita de ti,
empezando por tu familia, tus vecinos y de ahí abarcar la gran Patria.
Entregarse a la causa de los demás, vivir el valor del patriotismo no es darle
migajas a la gente pobre, con lo cual se fomenta la humillación y la burla. Encaminemos planes de desarrollo y
luchemos contra la calamitosa situación que ellos atraviesan y así serán libres
de sus cadenas.
Ser patriota en el día de hoy es simplemente leer, investigar la
vida y la obra de Duarte, los trinitarios y los hombres y mujeres que han
seguido su ejemplo, pero para llevar esos ideales a la practica cotidiana. Por
eso debes ser duartiano en tu casa, en el vecindario, en los medios donde te
desenvuelves y en los puestos que desempeñes, sean públicos o privados. No seas
duartiano el 26 de enero o el 27 de febrero frente al busto de Duarte.
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