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martes, 23 de julio de 2013

AY SI LA ESCUELA PUDIERA NOMBRAR MAESTROS


 
Dice la gente que los maestros son más puntuales, responsables y  eficientes en los colegios privados que en las escuelas públicas. Y posiblemente tengan mucha razón.
En casi todos los colegios privados laboran maestros que son pagados por el Ministerio de Educación y hacen un mejor trabajo que en el sector público, pero en términos generales, los que obtienen mejores resultados son los que son pagados directamente por el colegio. Si lo que reciben a cambio son míseros salarios, entonces, ¿qué es lo que pasa?
Alguien preguntó por una maestra que ese día estaba ausente de su centro de trabajo. Estaba llevando un familiar al médico. Cuando se le explicó la causa, expresó: “Y si ella supiera que por eso podría ser cancelada, ¿habría faltado a la escuela hoy?
Ahí está la causa: la escuela coordina, acompaña, organiza, gestiona, orienta. Puede hacerlo todo, menos nombrar, sancionar o cancelar al personal.
El poder lo tiene el Distrito y la Regional de Educación. Y ustedes saben todo lo que se entreteje detrás de cada nombramiento o cancelación realizada por ellos.
Sin importar el porcentaje que se le asigne a la cartera educativa, es de primer orden descentralizar, darle poder a la comunidad educativa para que se inmiscuya más directamente en las labores que desarrolla la escuela. Con participación efectiva.
Empoderar a las comunidades para que penetren a la escuela y tengan poder de decisión, podría contribuir a dar el salto cualitativo hacia una educación de mejor calidad.
Revisiones, planes, proyectos, reformas van y vienen y se consumen en verborrea que nunca cuaja en el laboratorio real que es la escuela. Los resultados siguen siendo los mismitos de siempre.
Pero las autoridades mediocres prefieren seguir cosechando pésimos resultados, antes que desprenderse del poder que le da nombrar y cancelar del puesto al personal que le hace el coro en las caravanas y torneos electorales, sean nacionales o congresuales, como de la ADP o la cooperativa.
Se jactan de decir que quieren educación de calidad, pero no hacen el menor sacrificio para ello.  Todo lo contrario. Ellos trazan las políticas e imponen las grandes acciones que hay que desarrollar en la educación. Imponen la estructura de un sistema educativo que crea analfabetos, frustraciones, desertores, repitentes, analfabetos funcionales y profesionales mediocres, y luego echan toda la culpa a los pobres maestros y maestras de sus incoherencias y desaciertos.
En el esquema que ellos han diseñado para la educación dominicana, el maestro no tiene otra alternativa que seguir las orientaciones que le bajan los organismos superiores. Por lo tanto los responsables directos de los éxitos y los fracasos son precisamente los representantes de los organismos superiores.
Está demás decir que los maestros irresponsables e incumplidores, como en todas las instituciones existen, siguen cobrando porque son apoyados por esos organismos superiores. Si le damos el poder a la escuela, eso podría ser cosa del pasado.


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