En estos tiempos en que el
problema de la humanidad no es de crisis material, sino espiritual, es
importante practicar los valores humanos, especialmente el valor de la
franqueza. Es de mucho significado para los seres humanos saber que cuentan con
personas francas a su alrededor. La persona que actúa con franqueza tiene la
fortaleza de gozar del aprecio de los que le rodean. Qué hermoso es saber que cuando
nos habla el herrero, el mecánico, el obrero, la ama de casa y el funcionario
público, siempre nos están diciendo la verdad. Qué tranquilos nos sentimos
cuando sabemos que en realidad no están mintiendo.
“Cultivo una rosa blanca, en julio
como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca; y para aquel que
me arranca el corazón con que vivo, cardos y ortigas cultivo, cultivo una rosa
blanca”. Hermosos los versos del poeta José Martí para describirnos el valor de
la franqueza. Cuántos disgustos nos ahorran las personas francas. Los que
actúan con franqueza te dicen nos vemos a las 5 y ya no hay que volver a hablar
de eso. Dicen luchar por los pobres y en 20 años tienen el mismo planteamiento.
Que tranquilidad emocional nos brindan las personas francas.
Ser franco es actuar siempre
con la verdad. Siempre en la familia, en el
vecindario, en las organizaciones populares en que hacemos vida, en el puesto
que nos toca desempeñar, siempre habla con la verdad y actúa con transparencia.
A muchos les gusta la adulonería, la lisonja, el bulto. Por eso se rodean de
ese tipo de personas, los cuales nunca le hablan con franqueza, sino siempre
elevándolo a lo más alto. Pero la mejor ayuda que un amigo o un familiar le
hace a alguna persona es siéndole franco. Decirle siempre la verdad, aunque en
un momento le caiga mal, pero luego el tiempo le dará la razón.
Actuar
y opinar para hacer sentir bien a los otros es una gran payasada. Pero hablar y
actuar con franqueza es una grandeza en los seres humanos. Tapar el sol con un
dedo es imposible, por lo tanto hablemos con las cartas sobre la mesa, porque
al fin y al cabo, la verdad será conocida. Ser franco es una gran cualidad que mucha
gente debería tener en esta hora crucial de la sociedad, si en verdad queremos
cambiarla. Los mentirosos son aplaudidos y a veces recompensados por sus
mentiras y engaños, pero en un tiempo prudente todo se rompe, porque se
fundamente en la falsedad. Sea franco y siempre tendrá la razón.
Lo primero que usted debe hacer,
si pretende actuar con franqueza es ser franco consigo
mismo. No viva de engaños, ponga los pies sobre la tierra. Piense en lo que
realmente es usted, no viva de fantasías. Acuérdese que usted es un ser
importante en el mundo. Tan importante como el más alto militar o que el
presidente. Dese su importancia, pero no se vanaglorie ni se crea superior a
los demás. Háblese usted mismo con franqueza. Dígase sus defectos y errores y
luche por cambiar. Dígale las cosas buenas o malas de frente a sus amigos y
familiares y ellos se lo agradecerán y cada vez las relaciones se irán
estrechando mucho más.
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