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domingo, 30 de septiembre de 2012

AUTOESTIMA, VALOR HUMANO


La persona más valiosa que existe en el universo no es el Síndico, el Diputado, el Senador ni el Presidente. La persona más importante y valiosa del universo es usted. Pero así también debe usted considerar a los demás. El valor de la autoestima le permite a usted reconocer su valor como persona y en la escala social y económica, y a la vez valorar a los demás como seres humanos. El orgullo, la avaricia, el egoísmo, la soberbia y la adulonería no son propias de una persona con buena autoestima. Si se cobija bajo la sombra de otro, jamás podrá brillar con luz propia. Trate de ser usted. Valórese.
   
Una guayaba sigue siendo una guayaba, aunque esté verde, madura o pintada. Eso mismo somos los seres humanos, aunque seamos ricos, pobres, altos, bajos, negros, blancos, funcionarios, empleados o desempleados. Los funcionarios y líderes comunitarios que se endiosan en el cargo, necesitan de muchos recursos económicos y propiedades, así como publicidad y adulonería para poder sentirse a gusto, tienen problema de autoestima y deben ser tratados por especialistas en la materia. Este tipo de persona tiende a sufrir mucho y pasar malos momentos cuando le falta alguna de estas exageraciones. Lo bueno no necesita tanta publicidad. Si en la montaña más apartada hay oro, allí va la gente a buscarla.
Para que nos entendamos mejor con respecto al valor de la autoestima, califiquemos nuestra conducta, pensamientos, experiencias, éxitos, fracasos, como adecuados o inadecuados, buenos o malos, útiles o inútiles, pero no nos juzgamos a nosotros mismos. No nos pongamos esas calificaciones a nosotros a nosotros mismos. Porque si yo hago una tontería, me digo que soy un tonto y siento que mi valor disminuye. Y no es cierto que yo siempre haga tonterías. Lo mismo si tengo éxito, no siempre seré una persona de éxito. En algún momento también fracaso. Pero debo aceptarme como soy, para poder aceptar a los demás.

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