Juan Pablo Duarte en su proyecto
constitucional priorizó siempre el Poder Municipal, como uno de los poderes del
Estado dominicano. Y creo que tenía razón, pues es el poder que está más
accesible a la gente, el más cercano. Es el contacto más inmediato y directo,
el que más se vincula con la realidad cotidiana de la gente.
En vez de un congreso bicameral, bien
pudiera que se eliminara una de las cámaras y se asumiera el Poder Municipal. Y no caería mal
reivindicar a Duarte en el año del Bicentenario de su natalicio.
Creo que ese Poder Municipal se puede
enriquecer mucho más con algunos ejercicios de participación democrática, como
lo es el Presupuesto Participativo.
En Ocoa esta iniciativa ha dado muchos resultados.
CEPAE ha brindado un apoyo
extraordinario en Ocoa para que este ejercicio sea una realidad. Y el
Presupuesto Participativo ha dado unos frutos maravillosos. Actualmente lo más
apegado a la democracia en las instituciones nacionales del sector público, son
los ayuntamientos que practican este presupuesto.
La participación no es cuestión de
palabras, es con la acción directa. La gente se expresa, propone y sus
propuestas se convierten en acciones.
Este breve ejercicio democrático debe
promover la inclusión en nuestro accionar político de la figura del Referendo Revocatorio, el Plebiscito y la Constituyente para seguir afianzando nuestra maltrecha democracia y
darle más poder a la gente.
Los funcionarios toman el poder y
luego hacen o deshacen en lo que les plazca. No hay nada que los obligue a
asumir una conducta acorde con el puesto, ni que le traiga consecuencias si no
actúan correctamente.
Democracia es participación. Es darle
el poder al pueblo, no para que solo opine, sino para que tome decisiones.
El pueblo nunca falla. Los que fallan
son los que gobiernan a espaldas del pueblo.
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