Uno de los
valores que le da fundamento a las relaciones humanas es el valor del respeto.
Está claro que no todos respetamos, pero todos podemos respetar. El respeto es
un convenio previo entre dos o más personas o entre los miembros de una
institución. Por lo que es necesario establecer reglas claras con anticipación
por las que deban regirse y cumplir todos, sin distinción.
El respeto no
se regala, se gana. Fundamentalmente se gana respetando a los demás. No importa
la jerarquía social o familiar, todos tenemos que practicar el respeto. Si los
mayores no ponen en práctica el respeto, les será más difícil ser respetados
por los demás. El respeto se gana cumpliendo con los compromisos asumidos. Si empezamos
quedándole mal a los demás, incumpliendo los acuerdos asumidos, no esperemos
respeto hacia nosotros.
Los padres y
las madres, los dirigentes comunitarios, los incumbentes de las instituciones
públicas y privadas, el presidente de la República, todos están en la
obligación de ganarse el respeto de los demás. Si creen que obligando la gente
a respetarle van a lograr respeto, se equivocan. Podrán conseguir miedo pero no
respeto. El respeto hay que ganarlo respetando.
El respeto al
derecho ajeno es la paz. Esta es una frase conocida por todos hace muchos años.
Pero estamos en el deber de ponerla en
práctica en todos los ámbitos y espacios. Si desde la familia, desde el
vecindario, desde el gobierno no respetan tus derechos, pues debes revelarte. Tus
derechos son sagrados. Defiéndelos si quieres ser respetado. Antes de
establecer una relación, antes de asumir un compromiso, un trabajo, una tarea
cualquiera, pongan claras las reglas. Para poder cumplir con ellas, primero hay
que conocerlas.
Hablando del
valor del respeto, es importante que sepas que además de nuestro deber de
respetar a los demás y de ganarnos el respeto de los demás, también es muy
importante darnos a respetar. Date tu valor. Como persona no eres mejor que los
demás, pero tampoco debes considerarte inferior. Respétate. No te dejes
humillar, burlar, pisotear. No seas peón de nadie, por muchos recursos o
jerarquía que tenga. Dáte tu valor.
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