ESTÁ
PROHIBIDO OLVIDAR QUE un día como hoy, 30 de agosto,
pero del 1965, se firmó el Acta de Reconciliación Nacional, que fue el acuerdo
que puso fin al conflicto entre los Golpistas y Constitucionalistas. Las figuras
firmantes fueron por un lado el coronel Francisco
Alberto Caamaño Deñó y el Gobierno de Reconstrucción, presidido por el general
Antonio Imbert Barreras, con la mediación de la Organización de Estados
Americanos (OEA). Este acuerdo contemplaba que ambos gobernantes renunciarían a
sus funciones y que un nuevo gobierno provisional sería instalado, presidido
por el Dr. Héctor García Godoy, el cual organizaría elecciones en 9 meses, pero
finalmente se llamó a elecciones 10 meses después. El acuerdo resultó ser un
plan macabro para imponer un gobierno títere (Balaguer) favorable a los
intereses de los gringos e iniciar el proceso de eliminación o neutralización
de los líderes populares y políticos que defendían los intereses del pueblo. Esto
es prohibido olvidarlo.
¡Saludos!
ResponderEliminarLa única salida que tiene el capital para resolver su crisis en Santo Domingo, por ejemplo, donde el 45% del Producto Interno Bruto (PIB) tendrá que ser usado para el pago de la deuda eterna, en España la gente saldrá a la calle el 22 de este mes a reclamar el no pago de la deuda, es a través de la guerra capitalista; llámese guerra nacional, patriótica, de liberación nacional, antifascista, como usted quiera, la esencia es la misma. Podemos verificar en la historia del capitalismo desde el siglo xvii, que el desarrollo del capitalismo se logra desatando guerras. Otro ejemplo, el desarrollo logrado por las fuerzas productivas en Santo Domingo hasta hoy es el producto de la guerra capitalista de abril de 1965. Su ciclo necesario es: crisis, guerra/reconstrucción, expansión, para llegar a una crisis nueva, que en la que nos encontramos. El capital está haciendo lo que tiene que hacer: empujar al proletariado hacia estructuras que lo niegan como clase revolucionaria, el sindicato, el partido…Ahí tenemos muchos ejemplos, la Convergencia, la IR, el Frente Amplio, las facciones de Falpo, las Ligas Populares, Patria para todos, Alternativa ‘Revolucionaria’, en fin estructuras burguesas que canalizan las energías proletarias para liquidarlas en el interior del Estado, primer paso, participación electoral. La facción que es derrotada grita: ¡Fraude! Y si el proletariado está totalmente atrapado en esas estructuras contrarrevolucionarias, el capital desata la guerra. Así lo hicieron el 24 de abril de 1965. La profundización de la crisis está empeorando nuestras condiciones de vida, el aumento permanente de todos los artículos de consumo masivo, la crisis del movimiento “comunista” no tienen solución, sino desatando la guerra. Ahora bien, tenemos que enfrentar los preparativos de guerra capitalista y, adelantarnos a los planes de la burguesía desatando la rebelión social contra las medidas que ha estado imponiendo el gobierno del PLD. Manejamos la tesis de que el capital social crece más rápido que sus posibilidades de valorización, llegando a un punto de superproducción (overproduction of capital) de capital, depreciando el valor de una parte del capital social mundial y excluyendo la valorización de otra parte. Esta contradicción se resuelve con un desvalorización violenta, la cual reconstituye las condiciones de una nueva valorización, es decir, una parte del capital mundial deja de funcionar como capital. Esto se puede producir por la quiebra o por la destrucción física de los medios de producción. En 1965, la izquierda de la burguesía no tenía la más mínima idea e la concepción comunista contra la guerra y fueron sorprendidos por la misma. Peor todavía, participaron del lado de una de las facciones en competencia, negando los ejes programáticos del Partido Comunista, claramente definidos en su primer Manifiesto de 1848.
¡Hasta luego!
¡Pórtense mal