Ser una persona digna es tener suficiente fortaleza, suficiente
coraza moral para enfrentar las tentaciones que el bajo mundo le ofrece a cada
ser humano. La persona que practica la dignidad es aquella que se respeta en un
alto grado e inspira respeto a quienes les rodean. Es la persona que posee una
fortaleza moral tan alta, que resulta insobornable, incomprable. Dignidad es
firmeza, es coherencia. Ser digno es comprometerse y cumplir con una promesa,
un compromiso, un sueño y llevarlo hasta el final.
El ser humano digno es aquel que es coherente aunque el mundo se derrumbe. Nadie
duda de una persona con alto grado de dignidad, pues todos saben que jamás
traicionará sus principios, ni quedará mal. El ser humano que se respeta no
mansilla su dignidad recibiendo prebendas, sumas de dinero o cosas materiales. La
persona digna es una montaña, un baluarte ante el cual hay que inclinarse y
reverenciar. Lo demás es basura, lacra, cucaracha, porquería. Ante el baratillo
que se compra y se vende, están los seres humanos con dignidad. Recuerda,
solamente lo barato se compra con el dinero.
Pese a todo el desastre que se ve en el ambiente. Pese al
mercado de pulgas que vemos en la politiquería barata. Personas con sobrada
inteligencia y preparación profesional, se compran y se venden como huevos de
gallina. Hoy están de este lado y mañana de aquel. Personas que perdieron sus
principios, empeñaron su dignidad. Pese a todo eso, son más las personas que
mantienen inquebrantable su dignidad. La vida es algo muy valioso y altamente
importante para el ser que la tiene y el conglomerado social para el que forma
parte, siempre y cuando se tenga una vida limpia y transparente. Consérvese,
cuídese que la patria lo necesita pero limpio.
Mucha gente cree que no se puede confiar en nadie. Cree que
todos son capaces de venderse al mejor postor. Pocos creen que aun hay personas
que pueden sacrificarse por los demás sin recibir a cambio nada más que la
tranquilidad de su conciencia. Resulta que los que han perdido su dignidad, han
encontrado consuelo desconfiando de los otros. Pero sí existen muchos seres
humanos con una conducta intachable, inquebrantable, insobornable. Personas con
una alta dignidad humana. Procure usted mantener en alto su dignidad y sobre
todo promoverla con buenos ejemplos en la familia, el vecindario y los espacios
en que usted se desenvuelve.
¿Cuántas veces tus padres o abuelos no empeñaron su palabra y la
mantuvieron hasta el final, sin importar que las circunstancias y el tiempo
cambiara? Pero la dignidad humana, esa fuerza interior que mantienen en alto tu
valor de ser humano, te impulsa a quedar bien ante la sociedad. A ser tú, a
partirte en dos, si es preciso antes que flaquear ante la patria, la sociedad,
el vecindario o tu familia. No puede haber nada material ni montones de dinero
que estén por encima de tu valor como persona, de tu dignidad. Todo lo
contrario sucede cuando pierdes tu dignidad, eres un muerto vivo. Vives con un
gran peso de conciencia que te molesta como si arrastraras unas botas de acero
bajo tus pies.
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