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viernes, 8 de junio de 2012

LA DIGNIDAD, VALOR HUMANO


Ser una persona digna es tener suficiente fortaleza, suficiente coraza moral para enfrentar las tentaciones que el bajo mundo le ofrece a cada ser humano. La persona que practica la dignidad es aquella que se respeta en un alto grado e inspira respeto a quienes les rodean. Es la persona que posee una fortaleza moral tan alta, que resulta insobornable, incomprable. Dignidad es firmeza, es coherencia. Ser digno es comprometerse y cumplir con una promesa, un compromiso, un sueño y llevarlo hasta el final.
 
El ser humano digno es aquel que es  coherente aunque el mundo se derrumbe. Nadie duda de una persona con alto grado de dignidad, pues todos saben que jamás traicionará sus principios, ni quedará mal. El ser humano que se respeta no mansilla su dignidad recibiendo prebendas, sumas de dinero o cosas materiales. La persona digna es una montaña, un baluarte ante el cual hay que inclinarse y reverenciar. Lo demás es basura, lacra, cucaracha, porquería. Ante el baratillo que se compra y se vende, están los seres humanos con dignidad. Recuerda, solamente lo barato se compra con el dinero.
 
Pese a todo el desastre que se ve en el ambiente. Pese al mercado de pulgas que vemos en la politiquería barata. Personas con sobrada inteligencia y preparación profesional, se compran y se venden como huevos de gallina. Hoy están de este lado y mañana de aquel. Personas que perdieron sus principios, empeñaron su dignidad. Pese a todo eso, son más las personas que mantienen inquebrantable su dignidad. La vida es algo muy valioso y altamente importante para el ser que la tiene y el conglomerado social para el que forma parte, siempre y cuando se tenga una vida limpia y transparente. Consérvese, cuídese que la patria lo necesita pero limpio.
 
Mucha gente cree que no se puede confiar en nadie. Cree que todos son capaces de venderse al mejor postor. Pocos creen que aun hay personas que pueden sacrificarse por los demás sin recibir a cambio nada más que la tranquilidad de su conciencia. Resulta que los que han perdido su dignidad, han encontrado consuelo desconfiando de los otros. Pero sí existen muchos seres humanos con una conducta intachable, inquebrantable, insobornable. Personas con una alta dignidad humana. Procure usted mantener en alto su dignidad y sobre todo promoverla con buenos ejemplos en la familia, el vecindario y los espacios en que usted se desenvuelve.
 
¿Cuántas veces tus padres o abuelos no empeñaron su palabra y la mantuvieron hasta el final, sin importar que las circunstancias y el tiempo cambiara? Pero la dignidad humana, esa fuerza interior que mantienen en alto tu valor de ser humano, te impulsa a quedar bien ante la sociedad. A ser tú, a partirte en dos, si es preciso antes que flaquear ante la patria, la sociedad, el vecindario o tu familia. No puede haber nada material ni montones de dinero que estén por encima de tu valor como persona, de tu dignidad. Todo lo contrario sucede cuando pierdes tu dignidad, eres un muerto vivo. Vives con un gran peso de conciencia que te molesta como si arrastraras unas botas de acero bajo tus pies.


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