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viernes, 29 de junio de 2012

LA CONFIANZA, VALOR HUMANO


Los seres humanos jamás viviríamos en armonía sin el valor de la Confianza. Esa seguridad que se percibe en una persona en la relación cotidiana, en la calidad del trabajo que desempeña. En la expresión de sus palabras, en la responsabilidad con que cumple lo que le corresponde o promete. En su humildad, su sencillez, su forma respetuosa de tratar y comportarse con los demás. Ganarse la confianza de alguien es una tarea difícil. Perderla es muy fácil.
 
Procure ganarse la confianza de la gente que le rodea. No se deje coger miedo vivo. Luche por cumplir sus compromisos. Por actuar conforme a los que predica. En el trabajo cumpla con su responsabilidad, no importa si lo vigilan o no. Haga su trabajo de calidad y aproveche el tiempo. Haga el esfuerzo de llegar siempre puntual. Guarde herméticamente los secretos que en usted confían los demás. Déle confianza a los demás y eso le devolverán ellos.
La Confianza se pierde cuando no se actúa con justicia. Si usted realiza algún oficio, ocupa un puesto donde se toman decisiones y abusa de los demás, los   trata de engañar o les miente. A partir de esta acción usted no será confiable para ellos jamás. Usted como comerciante si quiere conservar la confianza y a sus clientes, nunca quite una onza, nunca venda un artículo que esté incompleto o dañado, aunque sea un aciano, discapacitado o un pequeño niño quien compre. Estas acciones deterioran o generan confianza en los otros.
En las tertulias entre amigos, en la casa junto a los familiares, en las reuniones de las organizaciones populares, en las instituciones públicas o privadas donde usted participa, procure evitar la mentira. Luche siempre por decir siempre la verdad y llevar a la práctica lo que dice. No hay nada que promueva más la confianza entre los demás que cuando ellos asimilan que usted no miente y que lo que dice siempre lo practica. Hacer lo contrario nos aisla, nos crea desconfianza.
Cuando ayudamos a los demás en una tarea cualquiera, cuando damos una correcta orientación, un sano consejo en un momento oportuno, nos ganamos la confianza de esas personas. Cuando aprendemos a escuchar a los demás, sin importar nuestro nivel profesional o jerárquico, generamos confianza.    Devolver el dinero o cualquier artículo encontrado que sabemos que no es nuestro genera también confianza. Hacer lo que decimos que vamos a hacer ayuda a ganarnos la confianza de los demás. Todo lo contrario se traduce en desconfianza.

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