La proliferación de los actos delincuenciales, la violencia y
la inseguridad ha venido creciendo a la par con las quejas de la gente.
Uno de los sectores de la sociedad dominicana que más riesgos
asume con su trabajo es el policía. Con una situación socioeconómica de
miseria. Con normas y leyes internas que los condenan a morir de hambre, a
permanecer eternamente en las más bajas jerarquías y a ser despedidos del
puesto deshonrosamente, si trabaja con responsabilidad.
A las autoridades se les olvida que los policías tienen familias
a las que deben atender. Que con los miserables pesitos que ganan tienen que
adquirir o pagar el alquiler de una vivienda. Que ellos y su familia se
enferman y tienen necesidad de comer, educarse, divertirse…
¿Qué se está haciendo
para revertir esta situación?
Ya es hora de empezar a profesionalizar y dignificar al
policía. Ya es hora de empezar a definir criterios claros para los ascensos y
para el ingreso a la institución.
Ya es hora de establecer reglas claras para castigar a los
delincuentes y corruptos que están dentro de las filas policiales, en las altas
jerarquías.
El policía de bajo rango no sabe qué hacer frente a un caso
de droga, corrupción, trata de personas o delincuencia. Si actúa apegado a la
ley, piensa que el que saldrá fichado y deshonrado será él, y si no actúa,
entonces lo condena la sociedad.
La complicidad de los altos mandos ha llegado tan lejos, que
los de abajo prefieren esperar una señal antes de actuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario