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jueves, 14 de junio de 2012

LA PULCRITUD, VALOR HUMANO


Las personas pueden ver parte de nuestra personalidad y costumbres a través de nuestro arreglo personal, el esmero para trabajar, el cuidado al utilizar las cosas y en general, por la limpieza que procuramos mantener en nuestra vivienda y lugar de trabajo. Báñese, organícese, alíñese, exhiba una buena presentación. Elimine los malos olores, vista ropa limpia aunque sea vieja. Piense y organice lo que va a decir. Sea una persona pulcra en todos los sentidos.

Cuando vamos a solicitar un empleo, cuando estamos enamorados de alguien. Si damos una vuelta en el parque,  o asistimos a una reunión de negocios o un evento relevante, nos preocupamos por dejar una buena impresión en las personas: elegimos con cuidado nuestra vestimenta, peinamos nuestro cabello al detalle, nos organizamos con todo el cuidado. Pero ¿por qué solo para algunas ocasiones? Debemos ser pulcros siempre. Y no solo por impresionar a los demás, sino porque es mejor para nuestra salud y mejoramos mucho más las relaciones con nuestros amigos.

A veces nos descuidamos extremadamente en nuestra forma de vestir, en nuestra vivienda, nuestras pertenencias. Debemos crear una cultura de orden y  limpieza. Una cultura de limpieza y organización en la forma de hablar, en la forma de actuar, en la forma de relacionarnos con los demás. En la forma de responder ante los compromisos contraídos. En la forma de manejar los recursos puestos en nuestras manos. Desde el momento en que los demás te perciben como una persona pulcra, empiezan a confiar en ti y a seguir tu ejemplo.

Los buenos modales que te definen como una persona pulcra te alejan de los vicios y de las personas que los practican. Esas modas ridículas te alejan cada vez más de la pulcritud. Debes luchar por ser tu, tener tu propia personalidad, con buenos modales y sello propio. Súbete el pantalón. Recórtate y péinate adecuadamente. No exageres con los tatuajes. Vístete acorde con la cultura dominicana. Olvídate de ser el loco que aparentas ser con tus expresiones, tus gestos, tu lenguaje. Sé pulcro. Sé limpio. Sé organizado. Luce elegante y anda elegante por dentro y por fuera.

Quizá lo primero que pasa por tu mente acerca de la pulcritud es el arreglo personal: ropa limpia y sin arrugas, rasurado, la selección del maquillaje y zapatos bien lustrados. O sea, estar perfectamente aseado. Es cierto, esto  influye mucho en tu personalidad, pero recuerda que tu responsabilidad en tu forma de actuar, en el trabajo; tu forma de ser habla sola de ti. Recuerda también que los tatuajes, las modas, las prendas, tienen un mensaje, un sello impreso, que muchas veces te abren las puertas de la perversión. Procura saber qué imágenes, que símbolos exhibes en tu cuerpo cuando vistes. No sea que digan lo contrario a lo que es el perfil que elegiste.

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