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viernes, 13 de abril de 2012

LA LEALTAD, VALOR HUMANO


Ser leal es hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aún en circunstancias cambiantes. La lealtad es  una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. El serr humano que es leal a su patria, a su gente, a su familia, vecinos y amigos, es una gran persona.
Una persona leal es una persona de principios, en la que todos confían, a la que todos admiran. Hay que educar a la familia en función del valor de la lealtad. Hay que ser leal a la realación familiar, a sus padres, a todos los miembros de la familia. Hay que ser leales a la organización cultural, social o política a la que juramos defender en algún momento.
Luego que una persona deja de profesar y practicar el valor de la lealtad, se convierte en una basura, en un insecto, en una crápula, en una rata a la que muchos quieren echarle tres pasitos. Es hermoso ralacionarse con personas leales. Es precioso sentirse leal ante los demás. Después que dejas de ser leal, ya no tienes más caminos. Te conviertes en un muerto en vida. Sea leal a sus principios y a su pueblo.


Se nos inculca y orienta para que asumamos principios, valores y costumbres que nos ayudan a llevar una vida en sociedad. Estos funcionan como el combustible para empulsarnos y mantenernos sanos en una sociedad convulsa e invertida. Los seres humanos más avanzados, los de mayor capacidad son aquellos que son fieles radicales a estos valores, costumbres y principios.


Ser leal es estar con el otro en las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma. La persona leal combate la mesquindad, defiende su entorno, lucha por aquello que cree correcto, aunque vea a todos los demás vendiéndose al mejor postor.



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