Practicar el valor del afecto es hacer un
esfuerzo por agradar a los otros, por a ayudar, colaborar y comprender a la
otra persona. Es tratar de adentrarse en los problemas de los otros y hacerlos nuestros.
Sufrir sus penas y dolores, disfrutar sus éxitos y alegrías. Saludar, hacerle
el ambiente agradable. Comunicarnos con ellos, dar un apretón de manos, un
abrazo o un beso es algo sencillo, pero muy reconfortable para las relaciones
humanas.
Todos necesitamos y exigimos afecto. Es por eso
que la sociedad actual requiere de personas que practiquen este valor
frecuentemente. Ser afectuoso con los demás es ser gentil, amigable,
colaborador. Es estar ahí en el momento oportuno. Hacerle sentir al otro que
puede contar con nosotros. Especialmente aquellos que no cuentan con nada ni
con nadie. Ahí es que el valor del afecto es duro.
Ahora más que nunca, cuando parecemos autómatas
que a veces caminamos sin mirar a los lados. Nos chocamos unos con otros sin
percibirnos. Nos agobian las dificultades. Actuamos como enemigos de nuestros
semejantes. Ahora más que nunca es preciso fortalecer y promover el valor del
afecto. El afecto nos recuerda que los que están a nuestro alrededor son nuestros
semejantes, nuestros hermanos.
Es necesario dar y recibir afecto para sentir que
somos seres humanos que sentimos y padecemos; que tenemos necesidades y
sentimos placeres y dolores. Para sentir que vivimos y convivimos en sociedad
con seres semejantes, debemos sentir su calor constantemente. Darnos cariño y
afecto y expresarlo. Pues es imposible poder vivir aislados sin causarnos
daños, entonces es vital expresarnos afecto.
excelente aporte que me regala. el valor del afecto me enrique. es una enseñanza mas para crecer y aplicarla es lo que necesita la sociedad. gracias bendiciones y abrazos
ResponderEliminarLindo comentario
EliminarLo maximo el afecto y el amor los unos por nososotros es genial pero el amor de Dios es el principal ya que el nos amo primero practiquemos el amor de Dios exitos amigos lima peru chau .
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