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lunes, 16 de septiembre de 2013

PAZ, PAZ, PAN

El mayor esfuerzo, nuestra mayor preocupación, todo nuestro empeño, todo nuestro sacrificio debe estar enmarcado hacia la búsqueda, mantenimiento, promoción y preservación de la paz.

La paz en el hogar, en el trabajo, en las empresas, en la sociedad y en todas las acciones que se desarrollan en la vida hace falta que estas estén enmarcadas por un ambiente de paz.

La paz no es solo tranquilidad, sosiego, armonía, seguridad, sino que la paz es también salud. La mayor contribución que le podemos hacer a nuestra salud es desarrollarnos en un ambiente de paz.

Pero no basta rezar: hacen falta muchas cosas para conseguir la paz…
Donde no hay pan, donde no se respetan los derechos humanos, donde no impera la justicia, no puede, no cabe la paz. Por más que se promueva este valor a través de discursos y hermosas teorías, la paz pasa primero por el respeto al derecho ajeno.

No estamos en contra del nuevo mensaje de la iglesia católica de Ocoa, pero creímos que la frase lapidaria PAZ, PAZ, PAN, que ya formaba parte del folklore de esta hermosa provincia, al menos por el vínculo con la historia ocoeña, sería respetada.

Las autoridades eclesiásticas de Ocoa no tienen ni tendrán jamás, una justificación para desprender este mensaje que es parte del legado del más grande líder de la iglesia católica en Ocoa y toda la región.

Somos amantes de paz, somos fervientes enemigos de la violencia y la guerra. Cristo fue exactamente eso: amor, justicia y paz.

Por favor devuélvannos este mensaje rebelde del cual solo nos quedan los recuerdos. No intenten borrar nuestra memoria histórica, nuestra identidad. En nombre del Padre Luís, en nombre Cristo Jesús, les suplico, promovamos la paz y el pan.

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